Eugene Bostick, de 80 años, es el corazón detrás de esta conmovedora iniciativa que ha tocado los corazones de los amantes de los animales en todo el mundo. Su vehículo único y su dedicación han convertido a Bostick en un héroe local, cuyo acto ha trascendido las fronteras y ha dejado una marca imborrable.
Hace más de 15 años, Bostick decidió tomar cartas en el asunto ante la alarmante cantidad de perros abandonados en su comunidad. El jubilado, con su amor por los animales y habilidades de bricolaje, se embarcó en la tarea de construir un tren improvisado, un tren diseñado no para llevar carga, sino para llevar esperanza a los caninos sin hogar.
El resultado de su esfuerzo y dedicación es un tren color azul, equipado con 10 asientos especialmente diseñados para el confort y la seguridad de sus pasajeros peludos. Este tren no es solo una solución ingeniosa para transportar a los perros, sino que también se ha convertido en un fenómeno viral en las redes sociales. Los vecinos de Fort Worth y personas de todo el mundo siguen con admiración las hazañas de Bostick y su tren solidario.
En una entrevista con ‘The Dodo’, Bostick compartió cómo surgió la idea:
«Vi a un tipo con un tractor que lo ató a varios carros para transportar rocas y pensé… ‘Podría hacer un tren para perros’. Soy bueno soldando, así que tomé barriles de plástico, les puse ruedas y los uní»
. Desde ese momento, el tren de perros se ha convertido en un emblema de generosidad y dedicación en la lucha contra el abandono animal.
Pero la historia de Eugene Bostick no solo trata sobre un tren ingenioso, sino sobre un hombre con un corazón enorme. Observando cómo los perros eran abandonados en su establo, decidió proporcionarles más que solo comida y refugio.
El tren es una manera de ofrecerles una cuota de diversión y emoción, una forma de devolverles un poco de la alegría que merecen.
«Cuando los cachorros me escuchan tocar la bocina, saben que es momento de subir al tractor y se emocionan. Se suben solos y están listos para salir»
, explicó Bostick.
El paseo en el tren de perros no es solo un evento ocasional. Bostick dedica su tiempo a este acto de bondad entre una y dos veces por semana.
Es un ritual que ha traído sonrisas tanto a los perros como a las personas que presencian esta escena conmovedora. Los perros se sienten amados y cuidados, y los espectadores son testigos de la capacidad que tiene un individuo para marcar la diferencia en la vida de otros seres vivos.Un solo un clic te separa de recibir la mejor información del departamento.