Hace exactamente 15 años, el mundo fue testigo de una de las operaciones militares más audaces y exitosas en la historia reciente: la Operación Jaque. Esta operación, llevada a cabo por las fuerzas militares colombianas el 2 de julio de 2008, marcó un hito en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico en la región.
La operación tenía como objetivo principal rescatar a un grupo de 15 rehenes que habían sido secuestrados por las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), entre los rehenes se encontraban la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y varios miembros de la fuerza pública colombiana.
Bajo la dirección del entonces presidente colombiano, Álvaro Uribe, y con la colaboración de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, el ejército colombiano llevó a cabo una operación meticulosamente planificada y ejecutada con precisión quirúrgica.
La estrategia consistió en infiltrar a un equipo de comandos militares vestidos como miembros de una ONG que supuestamente iban a trasladar a los rehenes en un helicóptero.
La inteligencia recolectada permitió conocer los movimientos de las FARC y determinar el lugar exacto donde los rehenes estaban siendo retenidos en la selva colombiana.
En la madrugada del 2 de julio de 2008, las fuerzas especiales colombianas, con el apoyo de aviones de combate y helicópteros, llevaron a cabo la operación en la que no se realizó ningún disparo. Los comandos lograron engañar a los guardias de las FARC, liberando a los 15 rehenes sin disparar un solo tiro. El éxito de la operación fue inmediato y los rehenes fueron llevados a un lugar seguro.
La Operación Jaque recibió elogios internacionales por su audacia y eficacia. Se convirtió en un símbolo de la lucha contra el terrorismo y el secuestro, y reafirmó la capacidad del Ejército colombiano para enfrentar a grupos armados ilegales.
Tras el éxito de la operación, los esfuerzos del Gobierno colombiano se centraron en buscar una solución diplomática al conflicto armado interno en el país. Esto condujo a conversaciones de paz y negociaciones que finalmente llevaron a la desmovilización de miles de combatientes de las FARC y sentaron las bases para el proceso de paz que culminó en la firma del Acuerdo de Paz en 2016.