“No soy de Meregh, no soy de Patiño, no soy del alcalde, no soy del gobernador: soy independiente”, dicen las vallas del precandidato a la gobernación Álvaro Arias.  Conozco a Álvaro, una persona amable, competente y respetuosa que toda su vida ha estado en el ambiente político de la ciudad, ya sea como funcionario de diferentes administraciones o como ex candidato. Su último cargo fue como secretario de gobierno del alcalde Carlos Maya. No me concentraré en su experiencia o capacidad, quien sin duda la tiene, si no en el mensaje y contexto de sus vallas.      

En primer lugar, la campaña de Álvaro es parte de una estrategia política y marketing, asesorada, dicen, por el consultor político Luis David Duque.  Su campaña es muy parecida a de Francisco Valencia hace cuatro años, asesorado también por Luis David y quien buscaba posicionarse como un candidato independiente y de opinión a la gobernación. Francisco terminó bajándose de su candidatura para apoyar al actual alcalde Maya.       

Un tema en común es la recolección de firmas: si bien los dos hacían parte de estructuras políticas reconocidas, esta estrategia les permite hacer una campaña de reconocimiento y posicionamiento, sin tener que cumplir con las reglas impuestas a los candidatos que son avalados por un partido político establecido. De acuerdo con las reglas electorales, la publicidad política, entre ellas las vallas, sólo se puede realizar tres meses antes de la elección, es decir a partir de julio de 2023. ¿Hecha la norma, hecha la trampa? Estrategia, dirán.      

El segundo tema a analizar es conocer de dónde obtiene los recursos para su campaña. He contado 5 vallas cercanas a mi entorno y cada una puede tener un costo mensual de 5 millones de pesos, es decir alrededor de $25 millones mensuales. Quise verificar en la plataforma “cuentas claras” del CNE, si su campaña reporta sus cuentas, ya que está registrado como un proceso de recolección de firmas obligado a detallar la información. Hasta hoy 6 de mayo de 2023, no existe información sobre los ingresos y gastos; esperemos pronto una actualización en el reporte.      

El tercer tema es el mensaje: Álvaro se quiere posicionar como un candidato de opinión y de centro, independiente a los políticos tradicionales de Pereira. En su valla le faltó mencionar a Juan Pablo Gallo. ¿Y el color de la camiseta verde? ¿qué significa cuando el Partido Alianza Verde no fue capaz de tener un candidato propio a la gobernación?      

Los candidatos existentes hacen parte de estructuras reconocidas, donde el argot popular los ubica como – El de Diego Patiño, la de Meregh, el del gobernador Tamayo- y Daniel Silva del Pacto Histórico – “El petrista”-, este último representa un extremo político al que históricamente le ha sido difícil cautivar el voto de opinión de -centro derecha-, necesario para ganar en las elecciones territoriales de Risaralda.

Sin duda será un futuro candidato al congreso, fortalecido con la plataforma del Partido Verde.  Cada elección es la preparación de la siguiente.       

Sin competencia en el mensaje como un candidato de “centro e independiente” Álvaro quedó en un buen escenario. Si se baja, queda en la estructura burocrática de siempre y si no, logrará una buena votación.