Con emotivas fotos, Raúl Gasca, dueño de Pancho, uno de los chimpancés dados de baja en Pereira, rememora su historia:

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En una serie de conmovedoras imágenes, Raúl Gasca, el reconocido artista circense y dueño del circo Hermanos Gasca, nos transporta al pasado, recordando a Pancho, un leal compañero que formó parte importante de su vida.

La travesía de Pancho comenzó cuando, tras la prohibición del uso de animales en espectáculos artísticos en Colombia, Raúl tomó una difícil pero amorosa decisión: donar a Pancho al Bioparque Ukumarí de Pereira. Con lágrimas en los ojos, Raúl abrazó por última vez a su querido chimpancé, sabiendo que sería el inicio de una nueva vida para él.

El Bioparque Ukumarí acogió a Pancho y a su compañera Chita, brindándoles un espacio seguro, cuidado y protección. A lo largo de los años, Pancho y Chita se convirtieron en verdaderas personalidades, cautivando a todos los visitantes con su encanto y carisma. Las fotografías muestran la especial conexión que Raúl mantuvo con Pancho, una conexión que trascendió más allá de los escenarios.

Sin embargo, la tragedia golpeó a Ukumarí y a todos los que amaban a estos inteligentes primates. El domingo pasado, Pancho y Chita lograron escapar del parque, poniendo en riesgo la vida de su cuidador. Las autoridades, en un acto doloroso pero necesario, se vieron obligadas a tomar la difícil decisión de sacrificar a los chimpancés para proteger la seguridad del personal y visitantes.

El Bioparque Ukumarí emitió un emotivo comunicado lamentando la pérdida de estos seres queridos, reconociendo el cariño que inspiraron en todos y el profundo dolor que esta pérdida conlleva.

Raúl Gasca, sumido en la tristeza, compartió estas fotografías como un tributo a la memoria de Pancho, una muestra de agradecimiento a todos los que creyeron en la decisión de donarlo al Bioparque Ukumarí, y una llamada a la reflexión sobre la importancia de proteger y garantizar el bienestar de los animales.

Estas imágenes nos recuerdan que los animales, como Pancho y Chita, merecen nuestro respeto, cuidado y amor, tanto en su entorno natural como en cautiverio. La historia de Pancho y su dueño Raúl Gasca nos enseña que el amor y la compasión por los seres vivos van más allá de fronteras y escenarios, y que debemos unirnos en la protección de todas las formas de vida en nuestro planeta.