A pesar de estar próximo al inicio oficial del cese al fuego bilateral con el Gobierno, el ELN continúa sembrando terror en el país. La Procuraduría General ha revelado una preocupante situación de reclutamiento forzado de menores de edad por parte del ELN y el Clan del Golfo en Chocó, lo que ha generado una alta deserción escolar y un aumento alarmante de suicidios entre los jóvenes de la región.

El pasado miércoles, en un gimnasio en Arauca, ráfagas de fusil sorprendieron a quienes realizaban ejercicio, atemorizando a hombres, mujeres e incluso un niño presente en el lugar. Además, miembros del ELN secuestraron a una sargento del Ejército y sus dos hijos menores de edad en el mismo departamento, aunque posteriormente fueron liberados.

En otro frente, el Frente de Guerra Occidental del ELN anunció un nuevo paro armado en áreas cercanas a los ríos Taparal, Sipí y San Juan en Chocó, intensificando la inseguridad en la región.

En medio de esta ola de violencia, el ELN arremetió contra militares retirados, acusándolos de ser «matones internacionales» en referencia al caso de los 17 exmilitares detenidos en Haití, quienes aún no han sido juzgados por el asesinato del presidente Jovenel Moïse. El grupo guerrillero cuestiona los controles sobre estos exmilitares y su participación en actividades de desestabilización internacional.

A pesar de este panorama, tanto el Gobierno como el ELN han dado a conocer los protocolos para el cese al fuego bilateral que comenzará el próximo 3 de agosto, con el objetivo de establecer reglas claras para su implementación y monitoreo.

El descaro del ELN continúa desafiando la paz en el país, mientras las autoridades buscan poner fin a la violencia y la inestabilidad generada por el grupo guerrillero.