El Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió ayer que la suspensión del monitoreo de cultivos de coca en Colombia es «temporal» y que constantemente evalúan la efectividad de las políticas antinarcóticos, realizando cambios según sea necesario. El pronunciamiento se produjo después de que se conociera que este año la Casa Blanca no presentaría el informe anual sobre cultivos ilícitos en Colombia, algo que se ha venido realizando desde la década de 1980.
Aunque Estados Unidos asegura que continúa trabajando con el Gobierno de Colombia para monitorear los campos ilícitos de coca, la decisión de suspender el informe ha generado decepción y preocupación. El representante republicano Mario Diaz-Balart expresó su indignación, señalando que la administración Petro no está erradicando de manera agresiva las plantaciones de coca ni tomando medidas proactivas contra el narcotráfico. El senador republicano Marco Rubio también se pronunció, calificando la suspensión como un regalo para el gobierno Petro y como una concesión a los gobiernos de extrema izquierda en la región.
Esta situación plantea interrogantes sobre la responsabilidad de mantener la seguridad en la erradicación de la producción de coca por parte del gobierno colombiano y las acciones que la administración Biden está tomando para combatir los cárteles que amenazan la seguridad en el hemisferio. La suspensión del monitoreo y la falta de información detallada al respecto generan incertidumbre sobre las estrategias antinarcóticos en Colombia y su efectividad en la lucha contra el narcotráfico.