Investigadores científicos se embarcan en un audaz proyecto para desentrañar los misterios del punto de no retorno en la Amazonia. Durante una década, el proyecto AmazonFACE tiene como objetivo «rociar» dióxido de carbono en un área de la selva, modificando las condiciones del bosque y simulando concentraciones futuras de CO?. ¿Cuál es el propósito detrás de esta arriesgada empresa?

La preocupación por el punto de no retorno en la Amazonia siempre ha generado inquietud en numerosas personas. En la próxima Cumbre Amazónica, que se celebrará en agosto en Brasil y contará con la presencia del presidente Gustavo Petro, este tema ocupará un lugar central en las discusiones. Todos se preguntan cómo evitar el colapso progresivo de estos ecosistemas, un colapso del cual no hay vuelta atrás.

En la reciente Cumbre de Cambio Climático de 2022 (COP27), la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Panel Científico para la Amazonia presentaron el informe «Amazonía Viva». Este informe alertaba sobre la pérdida progresiva de la Amazonia debido a la deforestación y la degradación de sus bosques y ríos, advirtiendo que el 18% de los bosques de la región ya se han perdido y otro 17% se encuentra degradado. Esta pérdida constante no solo afecta a los más de 47 millones de personas que habitan en la Amazonia, sino también al 10% de la biodiversidad mundial. Además, el Panel Científico señaló que la pérdida de este bioma podría obstaculizar seriamente el objetivo global de limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 °C.

Pero, ¿a qué se refieren exactamente los científicos cuando hablan del punto de no retorno? Según el informe, este punto se alcanza cuando la pérdida de humedad, provocada por el cambio climático y la deforestación, entre otros factores, es tan significativa que la selva amazónica entra en un ciclo de «secado progresivo» que podría transformarla en una sabana. Para comprender mejor el impacto del cambio climático en estos ecosistemas, científicos como Flavia Santana, PhD en Ecología e integrante del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia, reconocen que todavía existen muchas incógnitas por resolver. La reducción de esta incertidumbre resulta fundamental para evaluar la vulnerabilidad de los ecosistemas a nivel global.

Para abordar estas incógnitas y obtener respuestas, Santana y su equipo han creado el proyecto AmazonFACE. Su objetivo es exponer los árboles tropicales de la Amazonia a concentraciones crecientes de dióxido de carbono durante diez años en un área ubicada a 80 km al norte de Manaos, en Brasil. Utilizando tecnología innovadora, instalarán seis anillos con torres que dispersarán gradualmente el CO?. Con esta metodología, esperan modificar el entorno del bosque y simular concentraciones futuras de dióxido de carbono.

Cada anillo, con un diámetro de 30 metros y una altura de 35 metros, estará equipado con 16 torres dispuestas en forma circular. Tres de los anillos estarán conectados a un tanque de CO? líquido, mientras que las torres de los otros tres rociarán aire ambiente. Además de las torres, cada anillo contará con una grúa que permitirá a los investigadores acceder a las copas de los árboles para realizar mediciones. También se instalarán ocho «cámaras abiertas», zanjas circulares de 2,5 millas de diámetro y 3 metros de altura, en las cuales se medirá la fertilidad del suelo del bosque con y sin incremento de CO?.

El proyecto AmazonFACE es una colaboración entre el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA), la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP) y el Servicio Meteorológico Británico, con el apoyo del gobierno británico a través de la Oficina de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth. Además, cuenta con la participación de investigadores de la Fundación Amazónica de Defensa de la Biósfera, la Universidad de São Paulo, la Universidad Técnica de Múnich, la Universidad de Exeter, la Universidad Alterra Wageningen, la Universidad de Nueva Gales del Sur y el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, entre otros.///

Aunque esta tecnología ya ha sido utilizada en bosques de Estados Unidos, Australia y Reino Unido, es la primera vez que se aplica en un bosque tropical como la Amazonia. Se espera que el próximo año el proyecto comience a operar, aunque el equipo ha estado monitoreando la zona seleccionada desde 2015, lo que les ha brindado un conocimiento significativo sobre los procesos naturales del bosque. Según Santana, este conocimiento previo les permitirá obtener una comprensión más precisa de la respuesta de la Amazonia al aumento de las concentraciones de CO?.

A través de este ambicioso proyecto, los científicos esperan obtener valiosas pistas sobre el estado actual de la Amazonia y su capacidad para resistir y adaptarse a las futuras condiciones climáticas. La medición directa de los niveles de CO? en el aire de la Amazonia es fundamental para comprender cómo las emisiones, los incendios y la deforestación afectan a estos ecosistemas cruciales. Con los hallazgos obtenidos, se espera impulsar medidas preventivas y colaborativas entre gobiernos, sectores privados y comunidades indígenas para evitar que la Amazonia alcance un punto de no retorno. Estas decisiones no pueden ser tomadas unilateralmente, sino que deben involucrar a los líderes indígenas, quienes poseen un conocimiento profundo del estado de la Amazonia y han llevado adelante iniciativas de gobernanza local. La conservación de la Amazonia y el respeto por su biodiversidad y los saberes indígenas deben ser prioridades fundamentales en esta lucha por la supervivencia de uno de los pulmones más importantes del planeta.