El sistema de salud para este año está desfinanciado en 10,4 billones de pesos. La adición presupuestal solo adicionó 2 billones al sistema de salud dejando el sistema sin 8 billones necesarios para su funcionamiento. Las frases de la exministra Corcho se volvieron certeza: “Tiene que haber una crisis explícita, clara, que le permita a la sociedad entender que se requiere el cambio”. La crisis explícita la creó el gobierno.
El sistema de aseguramiento conocido como el Plan de Beneficios o el antes Plan Obligatorio de Salud le incluye al 99% de los colombianos el acceso al sistema de salud. 24,6 millones de colombianos realizan un aporte progresivo acorde a sus ingresos al sistema de salud. Otros 23,9 millones de colombianos que no cuentan con empleo formal, se encuentran estudiando o son menores de edad no realizan pagos, pero el Estado les garantiza el acceso como aquel que puede cotizar. Todos los colombianos tenemos acceso con este sistema de salud al 93,6% de los medicamentos listados en el país y el 96,9% de los procedimientos médicos.
En Colombia no vemos casos como en el resto del mundo donde familias tienen que entrar en deudas con bancos para pagarle a un hospital un accidente de un miembro de la familia. Por eso ocupamos el segundo puesto de la OCDE en ciudadanos que menos usa gasto de bolsillo en salud. Según cifras del Ministerio de Salud una agresión por arma de fuego le cuesta al sistema 12,5 millones de pesos, una hemorragia intraventricular 14,3 millones de pesos, una enfermedad como la Leucemia 15,6 millones de pesos al año, estar en UCI 9,8 millones de pesos, un procedimiento de terapia física 185 mil pesos o una electrocardiografía 100 mil pesos. Todo está incluido de manera gratuita en el Plan de Beneficios.
Los procedimientos y medicamentos que no están incluidos en ese sistema de beneficios, pero que el Estado considera necesarios para un caso particular como algunas enfermedades huérfanas también son pagadas por el Estado.
Las EPS son las responsables del éxito de este sistema. Se encargan de organizar la red, garantizar el acceso y tener un respaldo financiero por colombiano. Son las aseguradoras. Sin ellas, no sería posible auditar las facturas, ni conectar al colombiano con el especialista específico. También se encargan de negociar las tarifas y crear economías de escala que mantengan al sistema financieramente viable. Sin embargo, este año quedará desfinanciado. Las EPS no recibirán el dinero completo para garantizar el aseguramiento de sus afiliados, y estas a su vez no podrán pagarle a los hospitales y clínicas por los servicios prestados.
El gobierno desfinanció el sistema así: faltan 3,4 billones para el sistema de aseguramiento-El Plan de Beneficios-, 2,9 billones de pesos para aquellos procedimientos y medicamentos no incluidos en el PBS, y 2,9 billones de otras deudas del Estado (recobros, licencias, entre otros).
La ex ministra de salud dijo “Hay que generar una transición para que salga ese intermediario”. Quebrando las EPS van a acabarlas, pero nos vamos a quedar sin salud. Los colombianos tendrán ahora que correr a “Drogas la Rebaja” para que los atiendan, los envíe algún especialista que esté en el directorio de “páginas amarrillas”, y de paso, envié la factura.
Coletilla 1:
El nuevo ministro de salud aseguró en el Congreso que “Aquí montaron un negocio con el COVID”. Le solicité mediante derecho de petición las pruebas de dicha afirmación. En su respuesta no aportó una sola prueba.
Coletilla 2:
Una aclaración. Los puestos a cambio de votos en el Congreso, como lo denunciaron medios de comunicación, se habrían dado en el Fondo Nacional del Ahorro, y no en el Fondo Nacional de Garantías que por error escribí en la primera versión de mi columna de la semana pasada.