“La lucha por los derechos humanos es en esencia una lucha por la dignidad

humana Kerry K.”      

Según datos entregados por la ONG Somos Defensores, en un 42% se

incrementaron en el país, para el año 2022, los homicidios en contra líderes

sociales y defensores de derechos humanos, 197 homicidios más, de estas

personas en el país, muchos esperaban que con la presunta nueva

administración de Gustavo Petro las cifras descendieran, pero esta grave

situación humanitaria permanece igual incluso peor.      

Esta cifra es afín a la exhibida por la Defensoría del Pueblo quien reporto un

número de (215) líderes asesinados o Indepaz quien reporta (189) para el

año 2022, una cifra análoga a la reportada en el año 2020 cuando se

registraron 199 asesinatos, el número más alto de personas defensoras

asesinadas durante todo año, datos que fue confirmado por estas mismas

organizaciones.      

Es altamente alarmante la tendencia y constancia de esta violencia

selectiva que impera en el país, pues adicional a las muertes, se producen

alrededor de 840 agresiones de todo tipo, que muestran la multiplicidad de

hechos violentos a los que se enfrentan todos los liderazgos sociales y los

defensores de derechos humanos, son cientos de personas que continúan

siendo asesinadas anualmente, en donde los procesos sociales de los que

ellos hacían parte se ven gravemente afectados, adicionalmente no existen

medidas efectivas que le pongan un alto definitivo a la situación.

Ahora, frente a la entidad encargada de proteger a los líderes y defensores

de derechos humanos en su vida e integridad la UNP, esta se encuentra

envuelta en un sin número de continuos escándalos, que esperamos se

hallen siendo objeto de investigación, porque las situaciones van desde el

alquiler de vehículos para los turistas extranjero, para el trasportar drogas y

armas y en donde además presuntamente los escoltas se prestan para la

actividad sicarial y para presentar falsos informes en aras de hacer levantar

esquemas, dejando vulnerables e indefensos a los líderes y defensores de

derechos humanos, existirá imparcialidad, objetividad, ética y

profesionalismo en el personal que conforma la institución, pero como lo

único que les interesa es el salario a fin de mes o las comisiones por

desplazamiento, qué más da.            

A esto sumemos también que la gran mayoría de las personas que prestan

sus servicios como escoltas y quienes se encuentran vinculados directa o por

tercerización laboral a esta entidad, no cuentan con la idoneidad para

prestar este servicio, pues han sido vigilantes de conjuntos residenciales, de

carros de valores y vehículos de tienda a tienda, será que la UNP, si constata

la competitividad de su personal; pero como en todo se tienen que tener

amigos, así lo aseguran los mismos funcionarios de la entidad, la vida y la

integridad, al parecer también se debe convertir en un «mercado persa»,

para que así, te puedan garantizar tu integridad, donde la ley del silencio es

más favorable, que hacer salir a la luz la corrupción, la manipulación y los

malos manejos de los funcionarios administrativos de la UNP.

Pero qué ocurre si se es un líder de oposición con la falta de garantías

demostradas por parte de este nuevo gobierno, con todo lo anteriormente

esbozados y con las flamantes chuzadas que tanto criticaron, pero que

ahora si son métodos propicios e idóneos para el actual gabinete; estando

así las cosas, ¿qué esperanzas de vida tienen entonces los líderes y

defensores de derechos humanos en el país, para preservar, su vida su

integridad y la de sus familiares?, pues no estamos reconociendo realmente,

ni estamos respetando que todas las formas de violencia son graves y esto

genera graves afectaciones a las vidas de quienes defienden los derechos.