Un total de 30 periodistas latinoamericanos murieron violentamente el año pasado, representando la mitad de las muertes en todo el mundo.
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A la situación crítica que viven los periodistas en todo el mundo a causa del encarcelamiento que ya ha marcado una cifra récord, se le suma el espiral de violencia y la cultura de la impunidad.
Latinoamérica, con México a la cabeza, fue el año pasado la región del mundo más mortífera para los periodistas, según el informe de 2022 que hizo público el Comité de Protección de Periodistas (CPJ, siglas en inglés).
Solo Ucrania, con 15 reporteros muertos, supera la cifra de México (13 asesinados), y a México le sigue Haití, donde mataron a siete periodistas.
E
n total, 30 periodistas latinoamericanos murieron violentamente el pasado año, lo que constituye casi la mitad de los 67 que fallecieron en todo el mundo.
Estos 67 decesos violentos suponen un aumento del 50 % desde al año anterior, y es la cifra más alta desde 2018, algo que «indica un declive abrupto de la libertad de prensa», dijo Jodie Ginsberg, presidenta del CPJ, en el comunicado donde se dio a conocer el informe.
«Cubrir la política, el crimen y la corrupción puede ser tanto o más mortífero que cubrir una guerra a gran escala»
, reflexiona Ginsberg al comparar los muertos en Ucrania con los del resto del mundo.
Brasil,
Chile y Colombia también aparecen citados como casos comprobados de asesinatos intencionados de periodistas, y se subraya el caso del colombiano Rafael Emiro Moreno Garavito, muerto en un restaurante después de haber denunciado en su diario independiente Voces de Córdoba el narcotráfico y la corrupción política. Fuente: EFE