Erika Johana Carmona Álzate, una mujer oriunda del municipio de Dosquebradas, quien con engaños raptó una bebé de tres meses de nacida, manifestó en diligencia, llorando, que no quería aparecer en cámara porque “las cosas no fueron así”.
Erika se habría presentado ante la estación del municipio de Santa Rosa de Cabal, donde manifestó que tras la huida en Cuba un taxista en el sector de la Romelia habría abusado sexualmente de ella, por lo cual la llevaron al hospital San Jorge, donde estuvo internada hasta el día lunes.
En el momento que esta mujer pretendía salir del centro médico en la tarde del lunes, la interceptó el Gaula de la Policía con orden de captura y procedieron a capturarla. La Fiscalía le imputó el delito de secuestro agravado, cargos que Erika en medio de su llanto no aceptó y el juez Segundo Penal Municipal de control de garantías manifestó que reunía todos los requisitos para enviarla a la cárcel.
La joven madre, de 19 años, llegó a las 3:30 de la tarde del jueves al hospital San Jorge de Pereira con su bebé, con el fin de visitar a su mamá, que estaba hospitalizada por un procedimiento quirúrgico y allí se le acercó Carmona Álzate, quien se ganó su confianza.
Esta le dijo que había perdido a su bebé de 6 meses, que tenía ropa, una bañera y unos juguetes que le podían servir a la menor y en Cuba se los entregaría. Caminaron juntas 10 cuadras, hasta el centro asistencial Unilibre y allí abordaron un taxi hacia Portal de San Joaquín II.
Según manifestó la joven madre y el mismo taxista, Erika le decía que le dejara llevar la bebé a la casa de su suegra, que no se demoraba y la convenció de que le dejara cargar a la niña, de repente salió corriendo, la mamá de la bebé la perdió de vista y regresó a donde el taxista a preguntarle por la mujer, este le dijo que no había vuelto, así que llamaron a la Policía y así activaron de inmediato las alarmas por el rapto de una menor de tres meses.
La Fiscalía cuenta con dos testigos que vieron pasar a la mujer con la niña y entrar a la casa 4 de la manzana 10. Las autoridades policiales golpearon allí por 10 minutos, pero al ver que no abrían y que adentro lloraba un infante, derribaron la puerta e ingresaron.
En efecto encontraron a la señora María Rubiera Saldarriaga, suegra de Erika cargando a la niña a la cual le habían cambiado la ropa y que habían tenido retenida cerca de 2 horas.
Mientras los uniformados buscaban ingresar a la vivienda, la mujer aprovechó y huyó por una ventana de la casa por lo que la Fiscalía manifestó que su suegra era cómplice por ayudarla a huir y ocultar a la menor.