Al no eliminar correctamente contenido con fines terroristas, plataformas como Twitter, Facebook y Google podrían ser acusadas de promover este tipo de acciones.

Foto: redes sociales

La familia del jordano Nawras Alassaf, quien murió el 1 de enero de 2017 en un club nocturno en Estambul (Turquía) a manos de Abdulkadir Masharipov, un terrorista que irrumpió en el lugar y asesinó a 39 personas interpuso una demanda a Twitter puesto que esta plataforma junto con otras redes sociales son usadas por estos grupos para promover sus ideas y reclutar personas afines a sus ideales.

  

Con la posibilidad que tienen los grupos
terroristas de emitir amenazas, difundir propaganda, infundir
miedo e intimidar a la población civil, usando estas plataformas, las compañías
tecnológicas podrían ser acusadas de soliviantar actos como el ocurrido con
Nawras Alassaf.

  

La familia de la víctima se acoge para su demanda
a la Ley Antiterrorista (ATA) y a la Ley de Justicia contra los Patrocinadores
del Terrorismo (JASTA), que permiten a las víctimas del terrorismo presentar
demandas de responsabilidad primaria y secundaria contra cualquier entidad que
ayude a un acto terrorista.

  

Mientras la puja se desarrolla, muchos piensan
que Twitter conocía las intenciones del terrorista mencionado en el caso y aun
así no hizo nada para evitar la tragedia, otros piensan que las plataformas
sociales no son responsables directos de los contenidos publicados con fines
terroristas ya que la ley (ATA) no tiene un alcance tan alto como para inhibir
actividades legítimas e importantes de empresas, organizaciones benéficas y
otros.